Comer en un ambiente adecuado genera descanso, rompe la rutina y envía un mensaje positivo al cerebro, que responde con entusiasmo, buen genio y ánimo.
La baja productividad, la pereza, el adormecimiento y hasta la sensación de tristeza y depresión de algunos empleados, especialmente después del mediodía, tienen su origen en el lugar que escogieron para comer.
Quienes consideran que no hay tiempo para comer y simplemente prueban algún bocado o una comida rápida frente al ordenador, sufren más las consecuencias. En cambio, quienes salen de la oficina no solo se sienten mejor, sino que luego rinden más.
Así lo determinó un estudio comisionado por la marca Kingsmill a científicos de la Universidad de Sussex, en el Reino Unido. Según el estudio, comer en un escritorio deprime, mientras que en la playa o rodeado de zonas verdes da felicidad. Ir a casa o a un restaurante también mejora el bienestar emocional y la actitud hacia el trabajo.
Fuente: www.portafolio.com
Productos para comer en la oficina.